Tuesday, October 7, 2014


Prometí postear una primera historia en la iniciativa lanzada a nuestros seguidores de fB, del Blog a que finalmente nombramos “Pan de Matanzas Digital”. Estuve pensando cual escoger, pues habían muchas que venían a la mente y sentía deseos de publicarlas. Revisando fotos y documentos personales, se repitieron muchas de nuestros padres, ya envejecidas, pero preciosas. Decidí entonces que lo primero que haría sería hacer un sencillo homenaje a nuestros “viejos”, a ellos, a los cuales agradecemos la vida y nuestro andar hasta lo que somos hoy.

Nuestros padres y abuelos, se enfrentaron por primera vez al dilema de la separación familiar, de la pérdida de propiedades, de los pequeños y grandes negocios. Fueron quienes asumieron decisiones drásticas, muchas veces dramáticas. Enfrentaron por primera vez una severa escasez, y la alimentación familiar y otras cuestiones básicas comenzaron a formar parte protagónica de la familia cubana.

Todos ellos, nacidos en el pasado siglo, tan lejano, pero tan reciente aún, fueron ejemplo de dignidad, valentía, tesón y entrega, y dieron de ellos lo mejor para nuestras vidas. El mío, zapatero de oficio, obrero sindicalista del grupo de Lázaro Peña, Mazón de prestigio, amante de los buenos libros y que soñaba con ser abogado y viajar a París, tenía su pequeño taller en la calle de Manzano y Zaragoza, con una clientela que le buscaba por sus artes y mañas en la confección de los zapatos ortopédicos, se vio obligado a hacer la “donación” del mismo al entonces Ministerio de Industrias, perdiendo así sus enormes esfuerzos y luchas de años.
Mis padres queridos
Mi padre zapatero muy joven
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El padre de Armandito, mi suegro, graduado de médico con gran esfuerzo a pesar de su procedencia simple, fue ganando el prestigio de sus pacientes, gracias a la calidad de sus diagnósticos, su atención a deshora, pero sobre todo por el sentimiento humano que siempre le caracterizó, médico de excelencia, pediatra, verdadero médico de familia, quien con ya ganado prestigio, logró formar parte de los accionistas de la Clínica Villar situada en la calle de Medio casi esquina a Dos de Mayo hasta ser finalmente su director. Todo lo entregó, y se dedicó con amor a su profesión, y a la docencia médica matancera. No digo más pues en su momento su hijo menor el Dr. Cristóbal Pancorbo, publicó una amplia reseña biográfica de su padre.
 
Olga y Armando pareja perfecta y Armandito
 
Mi madre, empleada pública, en la Sección de Primera Instancia de la Audiencia de Matanzas, amorosa, valiente, digna, dejó en toda la familia su siempre sensación de presencia. Llena de sabiduría y de entrega, supo cómo muchas, enfrentar todos aquellos retos que la vida le fue poniendo por delante, cuidó de mí y de muchos otros, y fue una abuelita excepcional con mis hijos, a los que cuidó con un amor especial hasta sus últimos momentos.
 
Mi madre adorada, en mi alma incorporada
 
 
Mi suegra, mujer apuesta, madre de muchos hijos, con especial talento para la pintura a la que se dedicó en sus inicios, haciendo lindas postales a mano a pedido de la famosa tienda “El Encanto”, en la Habana, que se relacionó a través de su trabajo en la Clínica del Estudiante, en la década del 50 con los jóvenes universitarios de la época y sus reclamos. Pareja excepcional de su compañero de toda la vida, supo lograr cumplir las necesidades de cinco hijos varones, y supo también cumplimentar su obra social en su vecindario a la par de su afamado esposo. Abuela de muchos nietos, logró sobrevivir a muchas preocupaciones, limitaciones, y retos, con una paciencia y un sentido optimista envidiables.
Olga bellisima con su Armandito, primer hijo
 
 
 
 
 
 
 
Abuela Nena querida por todos y  mi hija Laura
 
 
 

 
 
 
 
 
 
A nuestros padres, que se quedaron, y nos sacaron adelante, y a todos los de su generación que siguieron su conducta, o a aquellos, que optaron valientemente buscar otras salidas por diferentes sitios, llegue nuestro más sencillo pero sincero homenaje, matanceros todos de pura cepa, buenos profesionales, obreros, identificados en particular por la causa familiar y el futuro de los hijos. Historias miles, testimonios imborrables, habría mucho que contar de todos ellos. Nosotros en particular sentimos el orgullo de hijos y de matanceros por sus obras que quedaron, por el bien que brindaron y por el patrimonio social entregado en aquellos años, en especial en aquel segundo periodo del pasado siglo.

Dejo con gusto este recuerdo, para que quede en la mente del internet que nunca olvida, el reconocimiento a esa generación dorada, especial, que fueron y son nuestros padres y los de todos nuestros amigos de las redes sociales, como justo y merecido homenaje.
Matanzas, cuna de grandes hombres, y casa de muchas familias dignas y queridas, de esta forma también te homenajeamos.



Animate y se autor de tu propia historia.

1 comment:

  1. Espero les guste. Por favor sean protagonistas de su propia historia

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Gracias por tu testimonio matancero(a)...todos lo disfrutaran!!!